miércoles, 17 de abril de 2013

¿Qué podemos hacer para evitar que coman tantas golosinas?

2013-04-11-Golosinas

      Aunque a casi todos los niños les gustan las distintas chucherías (“chuches”) y golosinas, no podemos olvidar que aportan una gran cantidad de calorías y muchas grasas saturadas, colorantes, azúcar, sal y diversos aditivos, y que además generan cierta dependencia que en ocasiones es difícil de eliminar… por lo que es aconsejable tomarlas excepcionalmente y tratarlas como un alimento ocasional. De este modo evitaremos además muchos problemas dentales, posibles casos de obesidad por las “calorías vacías”, acidez en el estómago y otras muchas situaciones no deseadas. Comer de forma equilibrada y adecuada a cada edad y hacer el ejercicio conveniente constituyen una base estupenda para crecer de forma saludable.

¿Qué podemos hacer cuando los niños nos piden “chuches”? ¿Es importante que se laven los dientes después?
- Elegir alguna fecha señalada o momentos especiales para “comer chuches”, no es muy recomendable que se utilicen como premio.
- Realizar una buena higiene dental tras tomar golosinas, pues los azúcares que contienen aumentan mucho el riesgo de sufrir caries.
- Tener en cuenta que las chucherías en casa a disposición de los niños no es conveniente. Tampoco deben aceptarlas si se las ofrecen desconocidos; además, debemos dar ejemplo no comiéndolas los propios adultos.

“COMER SANO Y COMER VARIADO”

Los especialistas en nutrición suelen coincidir en la importancia de comer cinco veces al día, siendo el desayuno la comida más importante para tener la energía que los niños necesitan:
La importancia del desayuno: Los niños que no desayunan bien, lo cual puede hacerse extensivo casi para todas las edades, tienen mayores dificultades para concentrarse, suelen estar de peor humor y bastante decaídos; el cuerpo no ha recibido ningún  alimento desde la cena y de alguna manera se ponen en marcha señales de alerta que indican la necesidad de nutrirnos de manera adecuada.
El almuerzo, comida complementaria: Conviene que sea ligero y equilibrado, incluyendo fruta o zumo, hidratos de carbono (mejor el tradicional bocadillo que el bollo no elaborado en casa) y algún lácteo.
La hora de la comida: Por norma general los primeros platos contemplarán verduras, legumbres  y pastas y los segundos alternarán la carne y el pescado. No habrá bollería industrial para los postres y sí habrá fruta fundamentalmente y lácteos.
La merienda, hábito alimenticio muy recomendable: El aparato digestivo de los niños no está preparado para pasarse demasiadas horas sin comer, por lo que la merienda se constituye como un complemento ideal para sus necesidades y un aporte fundamental dado el gasto energético que se lleva a cabo en estas edades.
La cena, un momento de encuentro: Es muy importante tener en cuenta lo que se ha comido en el colegio a la hora de programar la cena, y no debe olvidarse incluir verduras o ensaladas como primer plato e incluir un moderado segundo plato ligero (pavo, pollo…) sin perder de vista lácteos y frutas

CONSEJOS:

Los niños pueden ser unos estupendos ayudantes en la cocina, se pueden motivar mucho sabiendo que todos podrán disfrutar después de aquella comida que han ayudado a preparar. Un delantal y un gorro serán los complementos perfectos para “nuestros cocineros más jóvenes”.
- Fomentemos la autonomía, dejándoles que pongan la mesa y se sirvan.
- Es interesante que llevemos a los niños a la compra para que vean los distintos alimentos, se familiaricen con ellos y vean cómo los seleccionamos, sepan cuándo los vamos a comer…
Daremos tiempo para adaptarse a los cambios, a los nuevos alimentos, y educando el gusto alimenticio. “La comida es para todos y todos también disfrutan de ella”.
Les haremos saber que los buenos alimentos les ayudan a crecer. “Si comen crecen, si no, no”. Esto les hace pensar y contribuye a eliminar algunas barreras.
Daremos ejemplo. Los niños ven lo que comemos e incorporan como algo propio aquello que nosotros mismos aceptamos o rechazamos.
No fomentaremos dramas a la hora de la comidas, actuando con serenidad, ciertas dosis de firmeza y con mucha paciencia. “Comer no debe convertirse en un martirio”
Dejaremos que imaginen cómo presentar los platos haciendo caritas y dibujos con la propia comida.

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